El continente es, en el ámbito inmobiliario y de los seguros de hogar, la propia estructura física de la vivienda: cimientos, muros, paredes, techos, suelos, fachadas, instalaciones fijas (agua, gas, electricidad, calefacción), elementos constructivos y anexos como garajes, trasteros o piscina que formen parte del inmueble.
Asegurar el continente significa proteger el valor de reconstrucción o reparación del edificio frente a daños como incendios, explosiones, agua, fenómenos atmosféricos u otros siniestros que afecten a la construcción, diferenciándolo del “contenido”, que son muebles y enseres.
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