El avalado es la persona física o jurídica que, en una operación inmobiliaria (como un alquiler o la concesión de un préstamo hipotecario), se beneficia del aval o garantía prestada por un tercero (el avalista).
El avalista se compromete a responder del pago o cumplimiento de las obligaciones del avalado ante el acreedor, ofreciendo una seguridad adicional. En el caso de impago, el acreedor puede reclamar la deuda directamente al avalista.
El avalado debe cumplir con los términos del contrato, pues la existencia de un aval no le exime de su responsabilidad principal frente a la obligación asumida.